Es que somos muy pobres
jueves, 6 de diciembre de 2012
viernes, 30 de noviembre de 2012
Temas principales
Impotencia del ser humano ante la naturaleza
"Mi hermana y yo volvimos a ir por la tarde a mirar aquel amontonadero de
agua que cada vez se hace más espesa y oscura y que pasa ya muy por
encima de donde debe estar el puente. Allí nos estuvimos horas y horas
sin cansarnos viendo la cosa aquella. Después nos subimos por la
barranca, porque queríamos oír bien lo que decía la gente, pues abajo,
junto al río, hay un gran ruidazal y sólo se ven las bocas de muchos que
se abren y se cierran y como que quieren decir algo; pero no se oye
nada. Por eso nos subimos por la barranca, donde también hay gente
mirando el río y contando los perjuicios que ha hecho."
Pobreza y falta oportuniddes
"Según mi papá, ellas se habían echado a perder porque éramos muy pobres
en mi casa y ellas eran muy retobadas. Desde chiquillas ya eran
rezongonas. Y tan luego que crecieron les dio por andar con hombres de
lo peor, que les enseñaron cosas malas. Ellas aprendieron pronto y
entendían muy bien los chiflidos, cuando las llamaban a altas horas de
la noche. Después salían hasta de día. Iban cada rato por agua al río y a
veces, cuando uno menos se lo esperaba, allí estaban en el corral,
revolcándose en el suelo, todas encueradas y cada una con un hombre
trepado encima."
"Yo
la abrazo tratando de consolarla, pero ella no entiende. Llora con más
ganas. De su boca sale un ruido semejante al que se arrastra por las
orillas del río, que la hace temblar y sacudirse todita, y, mientras, la
creciente sigue subiendo. El sabor a podrido que viene de allá salpica
la cara mojada de Tacha y los dos pechitos de ella se mueven de arriba
abajo, sin parar, como si de repente comenzaran a hincharse para empezar
a trabajar por su perdición."
Determinismo
Refrán popular: "El que nae para maceta del corredor o pasa"
"Por eso le entra la mortificación a mi papá, ahora por la Tacha, que no
quiere vaya a resultar como sus otras dos hermanas, al sentir que se
quedó muy pobre viendo la falta de su vaca, viendo que ya no va a tener
con qué entretenerse mientras le da por crecer y pueda casarse con un
hombre bueno, que la pueda querer para siempre. Y eso ahora va a estar
difícil. Con la vaca era distinto, pues no hubiera faltado quien se
hiciera el ánimo de casarse con ella, sólo por llevarse también aquella
vaca tan bonita"
Desintegración familiar
"Entonces mi papá las corrió a las dos. Primero les aguantó todo lo que
pudo; pero más tarde ya no pudo aguantarlas más y les dio carrera para
la calle. Ellas se fueron para Ayutla o no sé para dónde; pero andan de
pirujas."
Biografía
Juan Rulfo

En 1934 se trasladó a Ciudad de
México, donde trabajó como agente de inmigración en la Secretaría de la
Gobernación. A partir de 1938 empezó a viajar por algunas regiones del
país en comisiones de servicio y publicó sus cuentos más relevantes en
revistas literarias.
En los quince cuentos que integran El llano en llamas
(1953), Juan Rulfo ofreció una primera sublimación literaria, a través
de una prosa sucinta y expresiva, de la realidad de los campesinos de su
tierra, en relatos que trascendían la pura anécdota social.
En su obra más conocida, Pedro Páramo
(1955), Rulfo dio una forma más perfeccionada a dicho mecanismo de
interiorización de la realidad de su país, en un universo donde
cohabitan lo misterioso y lo real, y obtuvo la que se considera una de
las mejores obras de la literatura iberoamericana contemporánea.
Rulfo escribió también guiones cinematográficos como Paloma herida (1963) y otra novela corta magistral, El gallo de oro (1963). En 1970 recibió el Premio Nacional de Literatura de México, y en 1983, el Príncipe de Asturias de la Letras.
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